Cuando en 1998 el Círculo trabajaba en la puesta en marcha del Ferrocarril de las Delicias, el presidente decidió cambiar su Ibiza por un nuevo vehículo. En su decisión para la compra de un Citroën Berlingo, influyó mucho la necesidad de transportar materiales para la realización del parque y su posterior mantenimiento. Este vehículo, contemporáneo por tanto del parque, es para los socios como un elemento más de su día a día, ya que, entre otros muchos servicios brindados, se encuentra el haber traído algunos árboles al parque que hoy rondan los 10 metros de altura.
En la actualidad, tras miles de kilómetros de servicio al Círculo, su propietario lo ha cedido sin coste a la entidad, con el fin de prolongar su vida al servicio del parque. Con el vehículo se ha cedido también una póliza bonificada en Mutua Madrileña de la que pasa a ser titular el Círculo. La recepción de la cesión se aprobó por la Asamblea por unanimidad.
Desde ese momento, “la Berlingo” se ha considerado un elemento más del material móvil de la asociación, cuidándose como a cualquier otra locomotora.