Por fin este sábado 5 de septiembre volveremos a abrir el Ferrocarril de las delicias después del confinamiento y un intenso verano de obras de mejora y limpieza.
Con el fin de prevenir el contagio de coronavirus tanto entre los viajeros y como entre nosotros, hemos elaborado una batería de medidas preventivas. Que hemos consensuado y acordado con el Museo del Ferrocarril.
La primera de ellas es, siguiendo lo indicado por la Comunidad de Madrid y continuando con lo que hemos hecho durante verano, limitar la asistencia de socios a un máximo de 10 a la vez. Por lo tanto, todas las semanas tendremos que hacer una lista de asistencia para cada apertura. Para apuntarse habrá que ponerse en contacto con Alberto de Juan, Rafael Montesinos o Miguel Bustos. En caso de que haya más de 10 personas para una apertura se priorizará por orden de solicitud, pero también se tendrá en cuenta a las personas que no hayan ido el sábado anterior para garantizar que todos podamos participar.
Aparte de la lista de asistencia:
- Todos tendremos que usar mascarilla.
- Instalaremos y mantendremos recargado un dispensador de hidrogel tanto en la taquilla como en la subida a los trenes.
- Trasladaremos la venta de billetes a la playa de vías del Museo o al andén del vapor, para que en el parque sólo se haga cola para subir a los trenes.
- Usaremos trenes de 6 coches en los que siempre haya al menos un coche entre grupos de viajeros. Entiéndase como grupo de viajeros a personas que vienen juntas y que de por sí no tienen la distancia de seguridad. En caso de que viniera un grupo grande, cada tren llevará como máximo 5 coches cargados.
- Si la composición tiene un número impar de coches, introduciremos un coche “Madrid” o un vagón largo de mercancías para separar la composición del maquinista.
- Intentar que en Central coincidan solo 2 trenes con al menos 1 vía de separación. La carga y descarga se hará de tal manera que los viajeros no se crucen. Aunque haga falta mantener un tren a la espera de entrar en la estación.
- Desinfectar el asiento y los asideros con una solución hidroalcohólica pulverizada después de cada viaje.
- Marcar, con los medios que podamos, un camino dentro de la zona de espera con el objetivo de que los viajeros esperen en fila y mantengan metro y medio de distancia.
- Controlar el aforo en la entrada del parque, con una persona que estará coordinada vía walkie-talkie con quien se encargue de la carga y descarga de los trenes.
- Por su propio bien, apartar de la venta de billetes y otro trato directo con el público a personas que formen parte de un grupo de riesgo. Sí podrán conducir o atender otras necesidades del parque, siempre con su mascarilla FFP2.
- Los viajeros sostendrán los billetes a la hora de ser intervenidos para evitar la manipulación por parte de quien esté interviniendo el tren.